
Antes de llevar a tu carlino a casa
Primero tienes que pensar donde va pasar más tiempo. A menudo, los perros que han pasado un tiempo en una perrera, protectora o santuario han perdido sus hábitos higiénicos. También hay que tener en cuenta, de que muchos de los perros de raza que se dan en adopción, sus anteriores propietarios no los han atendido en muchos aspectos y uno suele ser la salida a la calle.
- Decide los horarios de paseo con el resto de la familia.
- Edúcale para que haga pipí y caca en la calle.
- Limpia el lugar donde orina y defeca. Para su desinfección emplea un buen antibacterias y un chorrito de vinagre para eliminar cualquier rastro olfativo anterior.
Puedes cambiarle el nombre que tenía en el centro de acogida, pero decíde cual será antes de llevarlo a casa y sobre todo, que sea el nombre definitivo.
La cocina suele ser un buen sitio para poner su cama, bebedero y comedero. Procura poner también una zona, cómo la galería, el balcón, el patio o cualquiera que tenga una buena ventilación, con periódicos hasta que aprenda a hacer sus necesidades en la calle.
Pon la casa a prueba de perros. Esto puede significar esconder los cables sueltos, guardar los productos químicos en las estanterías altas o cerradas, guardar objetos valiosos o frágiles fuera de su alcance, la instalación de puertas para bebés y sobre todo no dejar comida al alcance...
El entrenamiento de tu perro empezará desde el primer día. Tómate un tiempo para crear una lista de vocabulario que todos los que vayan a tratar con él usarán para las órdenes básicas. Esto ayudará a tu carlino a aprender los comandos más rápidamente.
Antes de adoptar a tu futuro compañero, asegúrate de que el perro lleva el microchip y de que te pidan tus datos para ponerlo a tu nombre. No está de más que le coloques un collar con una placa donde aparezca tu número de teléfono/dirección.